El Ermitaño está en lo alto de las montañas, una región muy aislada. La noche es oscura, pero muy estrellada. Lleva una linterna que le ayuda a iluminar el camino. El Ermitaño tiene los ojos cerrados mientras busca algo que realmente está dentro de sí mismo. Quiere comprender sus desafíos internos y su verdadera esencia. Aquí, lejos de todos, logra comenzar a darse cuenta de que internamente, de alguna manera, está conectado con el Cosmos, tiene algo más que la vida cotidiana. Su búsqueda es comprenderse a sí mismo, su linterna busca su sol interior. El reloj de arena inclinado indica que el tiempo pasa muy lentamente aquí. Con su bastón el Ermitaño realiza un diseño circular tratando de descifrar los enigmas que percibe externamente y siente internamente.
Simbolismo: lentitud del tiempo, soledad, investigación, búsqueda interior, sabiduría.
Convergencias entre el Ermitaño y la transición de Leo a Virgo: motivación para entenderse, energía y perseverancia para una comprensión profunda de temas complejos.
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